miércoles, 3 de noviembre de 2010

No me quedó más remedio que consolar a la pobre mujer

No me quedó más remedio que consolar a la pobre mujer. Le dije que en la parte de atrás de la furgoneta llevaba una manta y que si era urgente su necesidad podía desfogarse conmigo allí mismo.

Poco antes de llegar a su pedanía y junto a un corto camino que conducía a un bancal de almendros, aparqué la furgoneta, extendí diligentemente la manta sobre la amplia superficie posterior de la misma y allí consumamos el ayuntamiento carnal, aunque bien dicho lo que hice fue un ayudamiento sexual en toda regla.

Me dejó atónito la impresionante mata de pelo que tenía su pubis, el vigor con el que se empleaba en la asunción carnal, que como consecuencia me dejó fatigado y de cuya fatiga sigo sin reponerme, la notable molienda a la que sometió a mi desdichado y casi virginal cuerpo, su extremada y violenta fuerza y su compulsión, me dejaron agotado y reflexionando seriamente sobre la necesidad de crear una oenegé para tales menesteres.

sábado, 30 de octubre de 2010

A todos los Santos…

Pues ya estaba baldao de tantas horas conduciendo por la autopista, esa furgoneta, que no es precisamente un fórmula uno, para llegar al pueblo de la prima de la novia del Pajarillo, en Almansa provincia de Albacete, cuando decidí salirme, luego me dijeron que esa era la mejor salida posible para llegar, aunque juro que lo hice aburrido y harto del tedio autopistero. La cuestión es que al poco rato paré a cenar en Fuente La Higuera y cuando terminé de cenar y regresé a la furgoneta me perdí vilmente por el lugar, dando vueltas como un idita por un pueblo, que tampoco es que tenga tanta dificultad. La última copa tuvo que ser.

Mira por dónde desemboqué en la puerta del cementerio y justo en la parada del autobús que hay a unos pocos metros de la entrada, una señora visiblemente afectada, me hacía señas para que detuviese la furgoneta. Instintivamente hinqué el pié en el pedal del freno y apresuradamente se me acercó. Cuando ya estaba llegando a la altura de la puerta, bajé el cristal de la ventana para escucharla, e inmediatamente me dijo que había perdido el último autobús que la dejaba en un pueblecito cercano, que no sabía como regresar y que si podía ayudarla. Le dije que sí, que podía entrar y mientras ella se daba la vuelta para entrar por la otra puerta, apresuradamente traté de esconder en la guantera y como pude todo el repertorio de revistas y deuvedés porno del que había hecho acopio durante el viaje.

La señora de unos 45 años iba semienlutada y me dijo que era viuda desde hacía dos años y que había ido a arreglar el nicho de su marido para celebrar el día de todos los Santos, pero que después de hacerlo, se le había ido el santo al cielo y cuando se quiso acordar, se le había hecho tarde y había perdido el último autobús. Era una mujer fuerte, de pómulos enrojecidos, aspecto robusto y saludable con poderosas caderas, dos grandes tetas y el cabello parcialmente encanecido.

Al abrir la guantera para sacar el mapa de carretera, con vistas a localizar el pueblecito del que me hablaba, reparó en el arsenal pornográfico que había dentro y azorada me pidío permiso para ojear alguna. Con fingido rubor me confesó que llevaba más de dos años “sin catarlo” y que “Ayyyyy que ver la añoranza que tenía” .

Lo de ejercer de machote profesional, cosa que hacemos habitualmente el 99,9 por ciento de los varones tiene sus consecuencias y helas aquí...

Continuará…

sábado, 9 de octubre de 2010

Antes de irse, el Pajarillo insistió mucho con la mandanga

Antes de irse, el Pajarillo insistió mucho con la mandanga de que tenía que ir. La boda finalmente se celebra en un pueblo de Albacete, una ciudad que me hace pensar siempre en navajas y en la posibilidad de comprar alguna. Me ha vuelto a llamar por eneésima vez El Pajarillo diciéndome que yo soy también de la familia y que se lo iba a tomar "muuuu mal" si no fuese a partirme la camisa con ellos. La familia ya ha partido y no me queda más remedio que hacer una demostración de cariño hacia esa familia tan afectada por los asuntos familiares.

Tendré que comprarme unos zapatos negros de charol ,con tacón cubano por supuesto y un par de camisas, una de ellas pa partírmela el día de la boda y dejar mi camiseta del Betis y mi sombrero Mexicano, atuendos que se han convertido extrañamente en uniformes de faena, por unos días.

Conduciré hasta el pueblo con la furgoneta , el vehículo no me preocupa, ruge como un león, tiene la Itv recien pasá y su guantera va bien pertrechada de papel del culo y revistas porno, muy útiles ambas cosas en caso de avería.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Hay que ver la guita que se llega a ganar

Hay que ver la guita que se llega a ganar en Lloret de mar con un campeón de pulsos como el Pajarillo. Hasta nos hemos comprado una "furboneta" que ruge como un león y que además tiene unas cortinillas muy apañadas dónde aparece la virgen de Monserrat con un fondo tropical combinado de palmeras y guacamayos . Una Citroen Berlingo de segunda mano con la ITV recien pasá, El Pajarillo dice que si las cosas se tuercen siempre la podrá llenar de melones o malocotones e irse con su gitana y una balanza a venderlos por ahí.

Sólo hay tres formas de manejar la información del personal: la primera es cocinándola, la segunda es digiriéndola y la tercera es cagándola . El Pajarillo casi nunca habla, pero cuando lo hace me deja siempre manejando la segunda opción. En el fondo creo que gasta demasiada sabiduría para mi modesto cerebro.

En estos momentos me encuentro solo, bueno con nuestra “Berlineta” porque El Pajarillo aun no tiene el carné y dice que se va a apuntar en una autoescuela de esas donde no van los payos pa sacárselo. Se ha tenido que ir en tren. La cuestión es que una prima de su novia se casa y a ido Cornellá a partirse la camisa…

miércoles, 4 de agosto de 2010

Vamos a tener que empezar a currar

Vamos a tener que empezar a currar, porque ayer reventamos la banca. Cuando me dijeron en el restaurant que no tenían Farias comencé a sospechar que la cosa no iba bien. Después de los postres, no tuve ni que avisar al camarero luciendo mi potente chasquido de dedos, atentamente se nos acercó para preguntarnos si deseábamos café y por supuesto le dije que quería café, copa, puro y un bollicao. El camarero no pudo evitar una sonrisilla de guasa que a mí no me gustó nada porque hablaba en serio. Entonces fue cuando me dijo que no tenían Farias ni Bollicaos. Tanto postín y luego no tienen Bollicaos... El metre muy amable me recomendó otra marca de esas con la vitola amarilla y con mucho arte él mismo le dió lumbre delante nuestras narices sin darle ninguna calá y dejándonos al Pajarillo y a mí como dos pasmarotes.

Luego pensé que tenía que hacer algo para animar al Pajarillo y se me ocurrió llevarlo algún Puticlub, y aunque él sólo se tomó una cocacola fue allí donde terminamos reventando la banca...

La cocacola tiene

La cocacola tiene que tener poder nutricional y seguro que los ejecutivos de la marca aun no lo saben y el Pajarillo sería un buen ejemplo para demostrar lo que estoy diciendo y divulgar esas magníficas propiedades desconocidas por el resto de los mortales.
Como empezaba a tener hambre, después de comprarme unos zapatos estupendos con tacón cubano, nos fuimos a un asador estupendo que hay junto a la estación de autobuses. Para poder entrar me hicieron quitar mi sombrero mejicano y tanto al pajarillo como a mí nos ofrecieron sendas camisas y americanas, porque según nos diría posteriormente el metre ese, "no es apropiado entrar en ciertos lugares, con las camisetas del Betis y un sombreo mejicano" y la duda mía es si lo que molestaba era el conjunto o por separado. La camisa del Pajarillo le queda como tres tallas grandes y con la americana puesta parece un acomodador de cine, si al menos nos hubiran dejado unas camisas estampadas, podríamos lucirnos con la elegancia natural que nos merecemos, pero estos mamarrachos del restaurante no tienen gusto ni para elegir unas simples camisas.

El Pajarillo no a abierto la boca, nada más que para beber cocacola y es una pena, la diatriba que produce su ración de cordero asado. Por mi parte estoy terminándome a toda prisa mi mitad de lechón, para antes de que venga el camarero zamparme también con felonía el fenomenal cordero despechado por m i socio.

Anoche estuvimos de celebraciones

Anoche estuvimos de celebraciones. El Ángelo nos llevó a un chiringuito que hay en la playa que ponen música latina hasta la madrugá. La verdá es que de bailar poco. El Pajarillo se tomó dos cocacolas y se quedó en estado de confluencia consigo mismo.

El Ángelo resultó ser un decadente bailarín, atrevido y consumado, que continuamente nos invitaba a participar de su degenerado y cadencioso movimiento de caderas. Muy amablemente le iba indicando con un gesto que no. Por las noches, cuando se quita su camisa blanca de camarero se transforma en un ser totalmente distinto. Se planta unas camisas a lo "Chiquito de la Calzada" y se nos convierte en una criatura híbrida mitad Rafaela Carrá mitad Chiquito de la Calzada, con un exceso de confianza en sus posibilidades cinéticas.

Nos presentó a unas chatis conocidas y degeneradas que amablemente invitamos. Una de ellas, algo borracha, se mostró en seguida muy interesada en mí, incluso tuve la impresiópn de que quería festejar conmigo. Me sorpredió, porque precisamente
mi frondosa calvicie combinada con mi desvergonzada barriga, no suelen fascinar a las chicas y ella parecía no advertirlo. Todo iba muy bien y ya comenzaba a albergar esperanzas conquistadoras, cuando un niño con la cara sucia y apenas seis añitos se acercó a la muchacha y le dijo.

-Mamá tengo sueño, quiero irme a casa...